El conseller José Císcar elimina la ayuda para todos los estudiantes de Primaria y Secundaria y pasa a subvencionar por completo a los más necesitados
VICTORIA BUENO La situación económica de las familias marcará a partir de ahora la concesión de las becas de comedor, transporte escolar, bono-libro y enseñanza infantil por la Conselleria de Educación. Císcar da por concluidas las ayudas generalizadas que se han venido dando a todas las familias para la compra de libros, o para escolarizar a niños de 0 a 3 años, y opta por destinar el grueso de las subvenciones a quienes certifiquen peores niveles de renta.
La decisión, anunciada ayer por el titular del departamento, José Císcar, para ponerla en marcha el curso próximo, implica un brusco cambio en la gestión de todas las becas: de comedor, libros, trasporte y enseñanza infantil. "Buscamos atender a quien más lo necesita porque consideramos que, en el actual momento de crisis, debemos centrar nuestros esfuerzos en aquellos sectores de la sociedad que más padecen la delicada situación económica", subraya Císcar.
Los 105 euros que reciben todos los alumnos de los colegios desde primero hasta sexto de Primaria en concepto de bono-libro dejarán de tener vigencia el curso que viene para que, en lugar de ese dinero, le corresponda más a quien acredite su situación económica, que será la primordial para conceder la ayuda. "En determinados casos, la universalización de algunas medidas cabrá replantearla con la finalidad de que las personas más necesitadas reciban ayudas significativamente superiores a las actuales para la compra de libros", explica el conseller.
La vinculación del transporte escolar a las becas de comedor, que le parece "bien pensado" en principio al gabinete de Císcar, también va a sufrir cambios tras admitir la "injusticia" denunciada esta semana por los trabajadores sociales y psicopedagogos de los servicios escolares municipales. "No puede ser que por el hecho de vivir a más de tres kilómetros del centro escolar, recibas tanto la beca de transporte como la de comedor si tu renta te permite pagarte ese gasto", puntualizaron ayer fuentes próximas al conseller.
Cambio radical
"Buscamos un sistema mucho más justo", aseveran desde la conselleria, que ya ha manifestado a los distintos sectores educativos su propósito de "negociar y consensuar" a lo largo de este curso "un cambio radical y en profundidad" de la actual gestión de las becas escolares. "Nuestro objetivo es que absolutamente nadie que lo necesite se quede sin nuestro apoyo económico", precisa Císcar. "La necesaria racionalización de recursos no nos va a desviar ni un ápice de estar allí donde la sociedad más lo necesita", insiste.
Prácticamente el mismo presupuesto que se ha destinado este curso a las becas escolares, 221 millones de euros, se distribuirá el año que viene de forma que llegue "más dinero" e incluso "la totalidad" del coste del servicio a las familias que no pueden permitirse pagarlo. Las circunstancias socio-familiares por las que atraviese el alumno en el momento de solicitar la beca correspondiente serán, por tanto, las que se tengan en cuenta a la hora de conceder de ahora en adelante las subvenciones por los distintos servicios escolares. "Vamos a modificar los criterios de concesión de las ayudas para atender a quien más lo necesita", concluye el conseller.
Más ayudas para los centros concertados
Al mismo tiempo que Císcar ponía el acento en la revolución que van a sufrir las becas para que no se repitan situaciones como las actuales, en que familias realmente necesitadas no la tienen mientras que otras con rentas elevadas disfrutan de la ayuda, el Consell aprobaba ayer en pleno el anteproyecto de los nuevos presupuestos para el año que viene, y anunciaba, de entrada, un aumento -aun sin cuantificar- en los fondos destinados para los centros concertados.
La medida no parece seguir la línea anunciada por el conseller de Educación con las becas, y desde la federación de padres mayoritaria de la enseñanza pública, "Gabriel Miró", destacan que "en la concertada son ciudadanos como todos, pero bajo la premisa de que se intenta llegar al 100% de quienes lo pasan peor, no se justifica desviarse del objetivo final que es la equidad".
El presidente de la formación, Ramón López, admite que la gratuidad total es una utopía, pero también subraya que "ha habido excesos" y pide un control riguroso: "No por ser más legal se es más justo, como dice el ministro Gabilondo invertir en educación es caro pero no hacerlo es mucho más". Este colectivo teme que bajo la premisa de un mecanismo más justo y solidario "se produzca un recorte de recursos encubierto". Por su parte la federación también provincial "Enric Valor" organizó ayer en diversos colegios de la provincia caceroladas de protesta por la actual asignación de las becas de comedor, exigiendo que se den con 13 puntos como el curso pasado.
La decisión, anunciada ayer por el titular del departamento, José Císcar, para ponerla en marcha el curso próximo, implica un brusco cambio en la gestión de todas las becas: de comedor, libros, trasporte y enseñanza infantil. "Buscamos atender a quien más lo necesita porque consideramos que, en el actual momento de crisis, debemos centrar nuestros esfuerzos en aquellos sectores de la sociedad que más padecen la delicada situación económica", subraya Císcar.
Los 105 euros que reciben todos los alumnos de los colegios desde primero hasta sexto de Primaria en concepto de bono-libro dejarán de tener vigencia el curso que viene para que, en lugar de ese dinero, le corresponda más a quien acredite su situación económica, que será la primordial para conceder la ayuda. "En determinados casos, la universalización de algunas medidas cabrá replantearla con la finalidad de que las personas más necesitadas reciban ayudas significativamente superiores a las actuales para la compra de libros", explica el conseller.
La vinculación del transporte escolar a las becas de comedor, que le parece "bien pensado" en principio al gabinete de Císcar, también va a sufrir cambios tras admitir la "injusticia" denunciada esta semana por los trabajadores sociales y psicopedagogos de los servicios escolares municipales. "No puede ser que por el hecho de vivir a más de tres kilómetros del centro escolar, recibas tanto la beca de transporte como la de comedor si tu renta te permite pagarte ese gasto", puntualizaron ayer fuentes próximas al conseller.
Cambio radical
"Buscamos un sistema mucho más justo", aseveran desde la conselleria, que ya ha manifestado a los distintos sectores educativos su propósito de "negociar y consensuar" a lo largo de este curso "un cambio radical y en profundidad" de la actual gestión de las becas escolares. "Nuestro objetivo es que absolutamente nadie que lo necesite se quede sin nuestro apoyo económico", precisa Císcar. "La necesaria racionalización de recursos no nos va a desviar ni un ápice de estar allí donde la sociedad más lo necesita", insiste.
Prácticamente el mismo presupuesto que se ha destinado este curso a las becas escolares, 221 millones de euros, se distribuirá el año que viene de forma que llegue "más dinero" e incluso "la totalidad" del coste del servicio a las familias que no pueden permitirse pagarlo. Las circunstancias socio-familiares por las que atraviese el alumno en el momento de solicitar la beca correspondiente serán, por tanto, las que se tengan en cuenta a la hora de conceder de ahora en adelante las subvenciones por los distintos servicios escolares. "Vamos a modificar los criterios de concesión de las ayudas para atender a quien más lo necesita", concluye el conseller.
Más ayudas para los centros concertados
Al mismo tiempo que Císcar ponía el acento en la revolución que van a sufrir las becas para que no se repitan situaciones como las actuales, en que familias realmente necesitadas no la tienen mientras que otras con rentas elevadas disfrutan de la ayuda, el Consell aprobaba ayer en pleno el anteproyecto de los nuevos presupuestos para el año que viene, y anunciaba, de entrada, un aumento -aun sin cuantificar- en los fondos destinados para los centros concertados.
La medida no parece seguir la línea anunciada por el conseller de Educación con las becas, y desde la federación de padres mayoritaria de la enseñanza pública, "Gabriel Miró", destacan que "en la concertada son ciudadanos como todos, pero bajo la premisa de que se intenta llegar al 100% de quienes lo pasan peor, no se justifica desviarse del objetivo final que es la equidad".
El presidente de la formación, Ramón López, admite que la gratuidad total es una utopía, pero también subraya que "ha habido excesos" y pide un control riguroso: "No por ser más legal se es más justo, como dice el ministro Gabilondo invertir en educación es caro pero no hacerlo es mucho más". Este colectivo teme que bajo la premisa de un mecanismo más justo y solidario "se produzca un recorte de recursos encubierto". Por su parte la federación también provincial "Enric Valor" organizó ayer en diversos colegios de la provincia caceroladas de protesta por la actual asignación de las becas de comedor, exigiendo que se den con 13 puntos como el curso pasado.
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